Fusilado: Gustave Flaubert


Durante buena parte de su vida Flaubert estuvo interesado en componer una obra que acogiera algunas ideas preconcebidas y las organizara alfabéticamente, para que le ayudaran al lector a pasar por persona educada y fina únicamente repitiendo lo que se consideraba de buen ver en la época. Mejor dicho, un manual de lo políticamente correcto cuando faltaban más de cien años para que se inventara el término y los fastidios que provoca. En septiembre de 1850 le escribió a Luis Bouilhet: “Este libro, introducido por un buen prefacio donde se indicaría que el trabajo se preparó con el propósito de vincular al público con la tradición, con el orden, con la convención general, y dispuesto de tal manera que el lector no termine de saber si uno se burla de él, o no, sería quizás una obra extraña y capaz de tener éxito, ya que asumiría una completa actualidad”. En diciembre de 1852 vuelve a mencionar el asunto en una carta dirigida a su amiga Louise Colet: “He vuelto a rumiar una vieja idea, la de mi Dictionnaire des idées reçues […] habré de atacarlo todo. Será la glorificación histórica de todo lo que se aprueba […] En él se encontrará, entonces, por orden alfabético, sobre todos los temas posibles, todo lo que es necesario decir en sociedad para convertirse en una persona decente y amable”.

Comenzó y recomenzó la obra, la pulió y desechó partes, y al final quedaron algo así como cuarenta hojas que contenían unas cuantas definiciones y que fueron publicadas en 1911 por primera vez como apéndice de su novela Bouvard y Pecuchet. Seleccioné algunas; si pica la curiosidad se puede leer la obra completa en línea poniendo el título en Google.

Diccionario de lugares comunes



Academia Francesa. Denigrarla, pero tratar de ingresar a ella si se puede.
Actrices. La perdición de los hijos de buena familia. Son de una lubricidad pavorosa, se dedican a las orgías, derrochan millones, terminan en el hospital, ¡Perdón! ¡Hay algunas que son buenas madres de familia!
Aduana. Uno se debe rebelar contra ella y defraudarla.
Agricultura. Una de las tetas del Estado (el Estado pertenece al género masculino, pero no importa). Se la debería estimular. Falta de brazos.
Ahorros (caja de). Ocasión de robo para el servicio doméstico.
Ajedrez (juego de). Microcosmos de la táctica militar. Todos los grandes capitanes jugaban muy bien ajedrez. Demasiado serio como juego, demasiado frívolo como ciencia.
Alabastro. Sirve para describir las partes más hermosas del cuerpo de la mujer.
Algodón. Es útil especialmente para los oídos.
Almuerzo de solteros. Requiere ostras, vino blanco y cuentos verdes.
Anteojos. Insolentes y distinguidos.
Antigüedades. Siempre son de fabricación moderna.
Aquiles. Agregar “el de los pies ligeros”: eso permite hacer creer que uno ha leído a Homero.
Arrabales. Terribles en las revoluciones.
Artistas. Todos farsantes. Ponderar su desprendimiento (obsoleto). Asombrarse de que se vistan como todo el mundo (obsoleto). Ganan sumas fabulosas, pero las tiran por la ventana. Se los invita con frecuencia a cenar afuera. La mujer que es artista no puede resultar sino una ramera. Lo que hacen no se puede llamar trabajar.
Avestruz.- Digiere las piedras.

Bachillerato. Protestar en su contra.
Baile. Ya no se baila, se camina.
Besar.- Decir “abrazar”, es más decente. Dulce robo. El beso se deposita en la frente de una jovencita, en la mejilla de una mamá, en la mano de una muchacha hermosa, en el cuello de un niño, en los labios de una amante.
Buhardilla. ¡Qué bien se está ahí a los veinte años!

Café. Aguza el ingenio. No es bueno si no viene de El Havre. En una cena de gala se debe tomar de pie. Degustarlo sin azúcar, muy elegante, produce la impresión de que se ha vivido en Oriente.
Caligrafía. La buena caligrafía conduce a las mejores posiciones. Indescifrable: señal de sabiduría. Por ejemplo: las recetas de los médicos.
Campo. La gente del campo es mejor que la de las ciudades: hay que envidiar su suerte. Todo se permite en el campo: ropas humildes, bromas, etc.
Ciencia. Un poco de ciencia provoca el alejamiento de la religión y demasiada ciencia, el acercamiento a ella.
Clarinete. Tocarlo provoca la ceguera. Por ejemplo: todos los ciegos tocan el clarinete.
Concupiscencia. Palabra de sacerdote para expresar los deseos carnales.
Corán. Libro de Mahoma donde solamente se habla de las mujeres.
Crítico. Siempre eminente. Se supone que lo conoce todo, lo sabe todo, lo ha leído y visto todo. Cuando os disgusta, llamarlo Aristarco, o eunuco.
Curas. Habría que castrarlos a todos. Se acuestan con sus criadas y tienen hijos a los que llaman sobrinos. Es lo mismo: también hay curas buenos.
Chateaubriand. Conocido sobre todo por el beefsteak que lleva su nombre.

Dentadura postiza. Tercera dentición. Hay que tener cuidado de no tragársela al dormir.
Departamento de soltero. Siempre desordenado, con baratijas de mujer desperdigadas por todas partes. Olor a cigarrillos. Se deben encontrar en él cosas extraordinarias.
Diderot. Siempre seguido de D'Alembert.
Difunto. “Mi difunto padre”, y uno se quita el sombrero.

Emigrados. Se ganaban la vida dando lecciones de guitarra y preparando la ensalada.
Equitación. Buen ejercicio para adelgazar. Por ejemplo: todos los soldados de caballería son flacos. Buen ejercicio para engordar. Por ejemplo: todos los oficiales de caballería tienen vientres abultados. “Cabalga como un verdadero centauro”.
Erección. Sólo se menciona al hablar de los monumentos.

Fundamento. Todas las noticias carecen de él.

Gótico. Estilo arquitectónico más cercano a la religión que los demás.

Harén. Comparar siempre un gallo en medio de sus gallinas con un sultán en su harén. El sueño de todos los estudiantes secundarios.

Ilegible. Una receta médica debe serlo. Toda firma, ídem.- Ello indica que uno está abarrotado de correspondencia.
Institutrices. Siempre pertenecen a una excelente familia que ha sufrido desgracias. Peligrosas en los hogares, corrompen a los maridos.

Jansenismo. No se sabe qué es, pero resulta muy elegante hablar de él.

Latín. Lengua natural para el hombre. Arruina la escritura. Únicamente resulta útil para leer las inscripciones de las fuentes públicas. Desconfiar de las citas en latín: siempre ocultan algo inadecuado.
Laureles. Impiden dormir.

Madrugador. Serio, es prueba de moralidad. Si uno se acuesta a las cuatro de la mañana y se levanta a las ocho, resulta un perezoso, pero si uno se va a la cama a las nueve de la noche para levantarse al día siguiente a las cinco, resulta un hombre activo.
Maestro. Palabra italiana que significa pianista.
Matemáticas. Secan el corazón.

Padres. Siempre desagradables. Ocultarlos cuando no son ricos.
Párrafo. Cuanto más complicado, más hermoso.
Primo. Aconsejar a los maridos que desconfíen del primito.
Problema. Si se lo formula bien, ya está resuelto.

Racine. ¡Ah, bandido!
Riqueza. Reemplaza a cualquier cosa, incluso a la consideración.

Sirvientas. Más bonitas que sus patronas. Conocen todos sus secretos y las traicionan. Siempre seducidas por el hijo de la familia.
Solteros. Todos egoístas y libertinos. Habría que someterlos a impuestos. Se preparan una triste vejez.

Villorrio. Sustantivo conmovedor. Queda bien en poesía.


Comentarios

Carlos Augusto Jaramillo ha dicho que…
Querido Camilo: te faltó "Diploma. Señal de sabiduría. No prueba nada".
Carlos Augusto Jaramillo ha dicho que…
Ah: y hay una bella edición de 2006en los "libros del Zorzal".
Borrasca ha dicho que…
Camilo te cuento que de elegante sólo tengo el que bebo café sin azúcar...
Pasé a saludarte y dejarte mis buenos deseos para el festival del Malpensante, lástima no poder asistir, me conformo con el de Tango que está genial!!!

Besos borrascosos
Anónimo ha dicho que…
qué nalgas.
Esteban Dublín ha dicho que…
Esa E está excelente. Saludos, Camilo y muchos éxitos en el Festival.
Mauricio ha dicho que…
jajajaja, como dirian por ahi, Flaubert la saco del estadio jajajaja, buenisima Camilo, aunque difiero mucho de la definicion de matematicas, cuestion de gustos al final :)
Jose F ha dicho que…
La edición que prefiero está vieja y manchada: de la Bruguera de antes (Libro Amigo), traducida por doña Consuelo Berges como: Diccionario de tópicos.
De ahí esta maravilla:
"literatura. Ocupación de vagos."
Un abrazo amigo Camilo
Gracias por poner la carta de la señora no sé qué en defensa de Señales de ruta.

Vi a Pablito, pilo, en lo de los bares. Un saludo.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Quiero suponer, por el talante del comentario, que "José F" se refiere al eminente doctor Calle. En tal caso, se devuelven los saludos como las buenas segundas ediciones: corregidos y aumentados. Un gusto tenerlo de visitante por acá.
Martín Franco Vélez ha dicho que…
A propósito, doctor Calle: gracias por la recomendación que me hace en el boletín de Libélula. Me dolió faltar, pero ya volveré. Mientras tanto, le haré caso. Saludos.